Sobre mí

Con la llegada de mi primer perro, Winston, la inspiración de este proyecto, pensaba que un perro educado y feliz era un perro obediente. Creía que entre más trucos supiera y más instrucciones siguiera, mejor sería nuestra relación. ¡No podía estar más equivocada!

Gracias a él, me fui adentrando poco a poco en el mundo de la educación canina respetuosa y he aprendido que un perro feliz es el que tiene más libertad, es capaz de tomar sus propias decisiones y de expresar quién es.

Me llamo Sarah Canino (sí, ese es mi apellido). Soy mexicana, vivo en la ciudad de México y me apasiona el mundo de los perros. Desde hace algunos años comencé mi formación para aprender a mejorar el bienestar de los peludos que viven en nuestro hogar y, por supuesto, de nosotros, su familia.

Ahora con mi adorada Enola, aprendí que ser familia es conocer al maravilloso individuo con el que vivimos, aceptarlo tal y como es, poner límites cuándo es necesario y dar mi mayor esfuerzo por satisfacer sus necesidades en la medida de mis posibilidades.